miércoles, 19 de mayo de 2010
Miércoles 19 EN LA SOMBRA
Narcotizando los silencios, me los tengo,
y los retengo para las ocasiones preescritas,
parásitos nutrientes de momentos,
intensos
propensos
extensos
suspensos
de un hilo,
y es que he transitado por la misma mina
de la misma calle
y en la misma arista
que inmoló mis piernas
y sopló mi sangre.
Pero solo requiero esta vez de ortopedia,
ya no hay dolor que me pueda,
y dormida me adivino caminando
acariciando mis rodillas,
corriendo por un mar de plata
y confinando la arena,
de mis pies descalzos
macerada en las esferas naftalinas,
farolillos de mi porche de madera,
el que nunca fue de condición eterna
el que arrullaba dilatados los letargos
y amaba mis silencios más sutiles.
Eran ocasiones preescritas,
dos primaveras,
dos inviernos,
dos veranos.
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