Trajinaré sin darle ruedos, del revés,
pretendo volar, explícitamente, volar,
sin aguardos, sin embarques, paulatinamente.
Haré un instrumento de cuerda, con las mías, las vocales,
un polizón de los acordes, ebrios y ambiguos.
Hoy quiero ser hombre y estrujar bien mi prosodia,
reflexionar sin prórrogas con mis genes recios,
evocar a mi musa e imaginarla en mi constelación,
es la personificación de lo etéreo, de mis noches,
y de mis amortajadas imperfecciones.
Ella sabe que mi afonía decolora oxigenando,
que podría dejar cada vértebra de mi encorvado espinazo
por saborear una sola palabra de su rociada lengua,
pero solo hallo un nombre en el poso de sus retinas,
su voz se ha quedado sin labios.
Sujeta un ramillete de óvulos entre sus lazos,
exangüe y con el reflejo de sus ojos estáticos
pauta plenilunios ramificando raíces de coral.
Su imagen es ya un celaje que me obliga a profetizar
y su cuerpo se diluye en la utopía de mi espalda.
Mi copa corroída, solo me autoriza un trago,
y mi gesto yace en carne viva y vierte mi yugo
entre su prisión y mi declive.
Un poema al día es un reto supremo... Mis respetos niña Mafalda
ResponderEliminarsaludos desde este sitio inconcluso de la web