Hoy he atardecido, ¡Buenas tardes!
El sueño se me lleva,
el placer de las pocas frazadas que tengo me arropa,
duermo entre elementos, madera, fuego, agua, tierra
y el metal lo administran mis párpados.
Tengo lo que poseen mis manos
lo que mis ojos vislumbran lejano,
y la tinta negra se diluye
en esta tarde disfrazada de mañana.
Se ha derramado el tintero,
me brotan los colores de las yemas
me nacen los matices de los labios
y me recojo en un reposo aletargado.
Susurro estrellas y flores silvestres
en el camino del encumbrado bosque,
un rubor que me acaricia
un silencio que se muestra pobre
sin mas que ofrecer que lo que necesito.
Me tumbaré a retozar con el sol
a atender lo que el aura me regala,
a sentir el fervor de mis abrazos
por ser una partícula de agua,
ennoblecerme en los nimbos
polinizarme, llegar a ser la brizna,
un roce, un lance.
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