Sueño, mis párpados tridimensionales.
Abro la puerta, veo mis manos que escriben
sobre el teclado quebrado ascendente,
mis ojos se cierran, se abre otra puerta,
despierto,
hago lo propio y los abro, de vuelta,
mis piernas acomodan otra incierta,
es un espacio efímero con más puertas
¡¡TENGO LA LLAVE MAESTRA!!
Aparto mi vista, las paredes albas
y una púrpura me aguarda.
Son las 17 Y PICO, sábado en tarde, día de cama,
día de espero, día-quimera, transporte de cuerpo,
transfiguro en yuxtaposición de espacios,
silencios y verbos supremos, la puerta se abre,
la oscuridad se hace eco y me expulsa,
me inyecta delirantes caras, figurantes,
lugar sin tiempo razonable, sin amantes,
con amantes, sin saber, a donde y quien subyuga,
si es que fuere.
Parto, mis manos centellean en luz blanca,
parecen tener vida propia, no cesan
ni aguardan, me miran, preguntan
¿A ver con quien hablan?
Me embriago, me pierdo en las puertas
con llave, sin llave, a espuertas, a tuertas
me encuentro , en la luna , en la dos, en la tres,
me fundo en el mundo de entradas, salidas
tumbada, de pie, transmutando costillas,
mi alma enloquece se extraña,
¿Cuando de vuelta, donde me pierdo?
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