Quedarme sin palabras es un riesgo
al que no debo sucumbir,
es un acto innegociable ante la poesía,
porque a mí, ¡Ja! a mí,
¡Me lloran las ganas de corresponder al tiento!
Transpiro reconcomios
por el lado más mundano
y tal vez escupa más de lo debido,
pero soy una pequeña sobra
de disertaciones que se mueren
en caminos que se vuelven extranjeros.
martes, 10 de abril de 2012
sábado, 31 de marzo de 2012
Tengo un inquilino que se alberga en la trastienda de mi pecho,
habla musitando y piensa demasiado,
se sustenta con mi aire y me disloca.
habla musitando y piensa demasiado,
se sustenta con mi aire y me disloca.
Tengo un inquilino que se come mis silencios,
muerde mis latidos en desidia y duelen.
muerde mis latidos en desidia y duelen.
Ni siquiera sé si sueña o se recoge,
tampoco si respira,
pues sisea secamente en los rincones
expulsando sus palabras con mi aliento.
tampoco si respira,
pues sisea secamente en los rincones
expulsando sus palabras con mi aliento.
Pretende hacerme más del menos, eso dice…
sin ambages, para que me cueste un poco menos comprenderlo.
sin ambages, para que me cueste un poco menos comprenderlo.
Probaré a vivir sin los impulsos de este rincón ocupado y sin vistas.
sábado, 17 de marzo de 2012
La resaca va tomando forma de acepción,
se torna piel entre la comisura de las uñas
y no entiende de nada,
ni tan siquiera de recuerdos.
Aún cálido el resuello
de unas manos que entumecen
las cartografías de las noches,
la resaca se culmina en el delirio,
en la tristeza que se vuelve risa o pena
¡o que se yo!
si será el verbo sobre el verbo
o el grito sobre la espesura de un aliento
que se torna cuello
y agradece ser objeto,
el aguantarse erguido
para someterse al eco de los días.
se torna piel entre la comisura de las uñas
y no entiende de nada,
ni tan siquiera de recuerdos.
Aún cálido el resuello
de unas manos que entumecen
las cartografías de las noches,
la resaca se culmina en el delirio,
en la tristeza que se vuelve risa o pena
¡o que se yo!
si será el verbo sobre el verbo
o el grito sobre la espesura de un aliento
que se torna cuello
y agradece ser objeto,
el aguantarse erguido
para someterse al eco de los días.
domingo, 4 de marzo de 2012
domingo, 12 de febrero de 2012
Pondré la mejilla fuera del alcance de la mano,
pondré palabras en el libre vuelo de mi lengua,
si se dejan masticar
y beberé de la sombra con matiz de roble y sus aromas afrutados
cada día que mi sed responda a sus instintos
y es así como mi siendo yo lleno de hartazgo y singladura
me acomodará en este diván de un psicoanálisis mediocre.
pondré palabras en el libre vuelo de mi lengua,
si se dejan masticar
y beberé de la sombra con matiz de roble y sus aromas afrutados
cada día que mi sed responda a sus instintos
y es así como mi siendo yo lleno de hartazgo y singladura
me acomodará en este diván de un psicoanálisis mediocre.
domingo, 5 de febrero de 2012
Llueve en el olvido
y aparecen briznas en la arena de mis playas,
los renuevos, parecen distraerse con las olas,
sucumben a la caricia del viento
y van cediendo el filo hacia los lados,
indiferentemente hacia los lados, irreflexivos,
a la derecha, hacia la izquierda, deambulando
y se van volviendo hierba y logran amanecer como escarpias,
como aromas que humedecen encintando el corazón de redes,
un nuevo lugar donde posar la sombra.
y aparecen briznas en la arena de mis playas,
los renuevos, parecen distraerse con las olas,
sucumben a la caricia del viento
y van cediendo el filo hacia los lados,
indiferentemente hacia los lados, irreflexivos,
a la derecha, hacia la izquierda, deambulando
y se van volviendo hierba y logran amanecer como escarpias,
como aromas que humedecen encintando el corazón de redes,
un nuevo lugar donde posar la sombra.
domingo, 22 de enero de 2012
Creo que enloquece cada gesto de mi gesto que te piensa,
que se muestra un exhibicionista
de lo que se esconde tras los labios,
arroyos de murmullos
que parecen rezos cosidos a la piel,
como el telar de mi tapiz
que auspicio en el ajuar.
de lo que se esconde tras los labios,
arroyos de murmullos
que parecen rezos cosidos a la piel,
como el telar de mi tapiz
que auspicio en el ajuar.
El hilo que se impregna de rocío
enaltece los caminos hacia el rebatido cielo,
habla de mis sentimientos,
revela los susurros
y cala cada poro enardecido,
de deseo.
enaltece los caminos hacia el rebatido cielo,
habla de mis sentimientos,
revela los susurros
y cala cada poro enardecido,
de deseo.
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